Por mucho tiempo se pensaba que los niños carecían de instinto sexual. Sin embargo hoy aceptamos que el niño y la niña traen consigo, desde el nacimiento, su sexualidad. Se trata de una sexualidad infantil, diferente a la sexualidad adulta. Está en desarrollo pero no por eso es menos importante para el pequeño. A partir de los 2 o 3 años, el pequeño ha ido descubriendo las diferencias entre los hombres y las mujeres. Primero descubrió que los niños tienen pene y que las niñas, no.
Paralelamente se dio cuenta que las mujeres pueden tener bebés y que los hombres, no. También ha ido adquiriendo comportamientos propios de su sexo y se siente orgulloso de esto. Las niñas quieren parecerse a su mamá y los niños a su papá a través de sus gestos, actitudes y juegos.
El niño irá reconociendo las características propias de su sexo e irá identificándose con ellas. A la vez comienza a interesarse en temas relacionados con la sexualidad.
Las preguntas acerca de la sexualidad
En esta etapa el niño tiene un gran interés por los temas sexuales. Sus preocupaciones se centran, sobre todo, en el origen de los niños y en las diferencias entre los hombres y las mujeres. Un motivo frecuente de interés por los temas sexuales es la llegada al hogar de un nuevo hermanito o la observación de pequeños animales como gatitos o perritos.
Las reacciones de los padres ante esta inquietud del niño son muy variadas. Hay padres que se ponen nerviosos, no saben qué contestar e inventan cualquier respuesta para salir del trance. Otros se preparan intelectualmente y esperan ansiosos el momento en que lleguen estas preguntas, para darles una amplia información.
En ambos casos no llegarán a satisfacer lo que el niño espera oír. El primer tipo de padres llena al niño de fantasías como “la mami está gorda porque comió mucho”. Los segundos terminan confundiéndolo más al dar una explicación que el niño aún no tiene la capacidad de comprender. En ambos casos estos papás sienten dificultad para dar respuestas de una manera sencilla y espontánea a lo que el niño está preguntando.
Las actitudes frente al sexo se forman, sobre todo, por las actitudes que tenemos los adultos frente a nuestra sexualidad y también por la manera cómo se responde al niño. Las respuestas de padres serenos frente al tema serán precisas, verdaderas y centradas en lo que el niño quiere saber.
Conviene darle la información, elemento por elemento y siempre ligada a sus preguntas. Dar respuestas evasivas, engañar o explicar más allá del interés del niño, lo confunde.
Es importante que los padres no creen un clima de misterio para hablar sobre sexualidad con el niño y que, sobre todo, siempre lo hagan con afecto.
Las teorías sexuales que construye el niño
Independientemente de las respuestas que le demos, los niños elaborarán sus propias teorías respecto al sexo:
“Los bebés salen por el ombligo de las mamás”.
“Los bebés nacen porque los papás se besan”.
Las teorías sexuales infantiles son las respuestas espontáneas que los niños se dan a sí mismos frente a sus interrogantes sexuales.
El pequeño construye estas ideas porque necesita tener algún tipo de explicación a sus inquietudes. Su pensamiento infantil y el propio estado de su desarrollo psicosexual facilitan que él elabore estas ideas. Además, a veces, los padres refuerzan estas fantasías por su dificultad para tratar los temas sexuales y llamar a las cosas por su nombre. Así, muchas veces usan términos como “pajarito”, “tu cosita”, etc., para nombrar a los genitales. Esto trasmite la idea de que el sexo es algo prohibido, de lo cual no se puede conversar abiertamente.
Cuando un niño hace una pregunta es porque seguramente ya tiene alguna idea al respecto. Muchas de sus preguntas las hace para confirmar lo que imagina o para tranquilizarse ante el temor de que las cosas sean como él las está pensando. Es frecuente que el niño de esta edad pregunte repetidamente lo que ya se le ha explicado en alguna ocasión. Lo que ocurre es que el pequeño necesita hacerlo varias veces porque está elaborando una verdadera comprensión acerca de estos temas. Por eso, es muy importante siempre responderle y tener la suficiente paciencia para hacerlo sin disgusto o mal humor.