El corazón es uno de los órganos más importantes para la vida. Cuidarlo y protegerlo desde la infancia es fundamental para disfrutar de una estupenda calidad de vida. Hoy, que se celebra el Día Mundial del Corazón, es un buen momento para hacer un llamamiento a todos padres de familia para controlar el peso de los niños a través de la alimentación y el fomento del ejercicio físico. El desarrollo de hábitos saludables es la clave para que los niños tengan un corazón sano.
En la actualidad, existen 155 millones de niños obesos y con exceso de peso en el mundo, y los padres podemos desempeñar un papel crucial para reducir los principales factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares en la edad adulta. Las enfermedades relacionadas con el corazón pueden prevenirse, en gran medida, si se reducen los principales factores de riesgo cardiovascular, como son la presión sanguínea alta, los niveles altos de colesterol y de glucosa en la sangre, el tabaco o exponerse al humo de tabaco de otros, el consumo inadecuado de frutas y verduras, el exceso de peso y la obesidad, y la inactividad física.
Más ejercicio para el corazón de los niños
La actividad física es fundamental para una buena salud cardiaca, lo mismo que una dieta rica en rica en frutas y verduras, y pobre en grasas saturadas. La falta de actividad física puede favorecer la aparición de obesidad, diabetes e hipertensión. En los últimos diez años, el número de niños con sobrepeso ha aumentado de dos a cinco veces en los países desarrollados y casi cuatro veces en los países en vías de desarrollo. El fomento del deporte y de las actividades deportivas entre los niños con la ayuda de los padres, los centros escolares y la comunidad, y las campañas de nutrición dirigidas a todos los miembros de la familia para estructurar dietas equilibradas, que incluyan muchas frutas y verduras, cereales integrales, carnes magras, pescados y legumbres, además de productos bajos en grasas, es lo que se está haciendo actualmente en favor de la salud del corazón desde la infancia.
Y es que no podemos dejar de fijarnos en las estadísticas: los jóvenes obesos tienen un 80 por ciento más de posibilidades de tener exceso de peso de adultos y, por tanto, el riesgo de enfermedades cardiacas y de accidentes cerebrovasculares será mayor. Los niños con exceso de peso presentan un riesgo de tres a cinco veces mayor de sufrir un infarto o un accidente cerebrovascular antes de llegar a los 65 años que un niño con un peso normal, a lo que hay que añadir el riesgo inmediato de arterosclerosis y una probabilidad mayor de diabetes.
Esta es precisamente la razón por la que ha surgido un nuevo término la "diabesidad", que aparece cuando en la misma persona confluyen dos enfermedades, la diabetes y la obesidad, que pueden poner en un serio riesgo la salud del corazón. Por el bien de tus hijos, cuida su corazón.