La Organización Mundial de la Salud recomienda alimentar a los niños exclusivamente con leche materna hasta los seis meses y como complemento de la alimentación familiar, hasta los dos años”. Con esa afirmación, la pediatra especialista en lactancia Constanza Castilla afirma que no existe ningún afán en buscar un destete antes del segundo año de los pequeños.
Resulta fundamental entender el proceso de abandono del seno, no solo desde el punto de vista nutricional, sino también emocional y social. “Los niños alimentados con leche materna reciben todos los nutrientes indispensables para su adecuado crecimiento y desarrollo: son personas con un sistema inmunológico fuerte, se adaptan más fácilmente a las diferentes situaciones y su progreso intelectual es excelente”, afirma la pediatra.
Por su parte, Cecilia Zuleta, sicóloga especializada en desarrollo infantil, manifiesta que “amamantar a un pequeño fortalece el vínculo entre él y su madre, lo que redunda en mayor seguridad y la construcción de una relación afectiva. Además, el niño recibe información sensorial, cognoscitiva y emocional”.
Aunque las profesionales coinciden en los beneficios que proporciona el amamantamiento, la sicóloga dice que el proceso de destete depende de la cultura y de las indicaciones del pediatra, pero agrega: “en mi criterio, ojalá no pase del año”.
En mucha de la literatura existente sobre el tema no se informa sobre una edad exacta en la cual se le debe quitar el seno al pequeño y tampoco se establecen reglas rígidas al respecto, pero algunas teorías coinciden en que los bebés abandonan la lactancia entre los 12 y 24 meses. Sin embargo, en lo que todos los criterios el destete debe darse de forma lenta y cuidadosa, evitando cambios acelerados, redundantes en un daño físico y emocional del niño. “Si un bebé pide ser amamantado después del año y la madre quiere continuar haciéndolo es bueno para los dos. El destete es algo gradual que se va estableciendo en la medida en que el niño va explorando nuevas formas de alimentarse”, dice la especialista en lactancia materna.
Métodos para un destete adecuado
Después de los 6 meses, el niño ya empieza a recibir alimentación de la casa, donde se incluyen papillas, sopas y algunos alimentos sólidos (este proceso es un poco más demorado), dejando de lado como única fuente de nutrición la leche materna. Ahí empieza el proceso natural de abandono del seno de las madres.
Al cambio del tipo de alimentación se une la forma de relacionarse con las personas. Ya hay un contacto más cercano con familiares y amigos diferentes a su madre, donde el pequeño empieza a hablar y a caminar, lo cual hace que descubra nuevas formas de gastar su tiempo y se vaya alejando del amamantamiento.
Constanza Castilla ratifica que cuando el niño empieza a recibir la alimentación de su casa, se inicia el destete, disminuyendo el número de tomas al día. La especialista recomienda dos o tres veces diarias y con horarios: “lo que no puede suceder es darle leche materna al pequeño a cualquier hora que él la solicite”.
Por otro lado, Cecilia Zuleta dice: “si después del primer año el niño está siendo amamantado es normal la aparición de algunas protestas. Está bien validarlo y acompañarlo, pero no echar para atrás los nuevos hábitos, eso lo confundiría”. Además, agrega: “muchas veces quien está enredada es la mamá porque interpreta el inconformismo de su hijo durante el destete como sufrimiento”.
Algunos métodos descritos en capítulos de literatura pediátrica se refieren a que si el niño está desinteresado o distraído cuando lo amamantan, se debe aprovechar para interrumpir la alimentación y observar qué sucede. Esto puede ser una señal para empezar el destete.
Otra forma descrita es acortar el tiempo de la alimentación con leche materna. Si el bebé, por ejemplo, tarda seis minutos en este proceso, intente cortar a los cuatro. De acuerdo con su edad, complemente la nutrición con algún alimento que pueda comer.
Y un tercer consejo es que si ya se está amamantando irregularmente, la mamá intente posponer la puesta del seno. Cuando el niño “pida la teta” se le puede distraer con otra cosa. abc
Destete a tiempo
Existen dos conceptos importantes en los que hace claridad la pediatra Constanza Castilla: la leche siempre se va a producir si se está extrayendo y en ninguna época es mala.
A partir de esas premisas, un destete brusco y prematuro puede originar sentimientos de inseguridad, dañinos para la estabilidad sicológica del pequeño, al obligarlo a padecer una independencia de su progenitora, no acorde con su edad.
Por el contrario, si el destete se prolonga por mucho tiempo, la sicóloga especializada en desarrollo infantil dice que “en algunos casos no le permite al niño desarrollar algunos procesos de autonomía y es probable que si está siendo amamantado después del año, para algunas tareas siga dependiendo de la madre”.
En estos conceptos, lo más importante es no obligar al niño a hacer cosas. Todo llegará en su momento si se le otorgan las herramientas necesarias y se siguen los indicaciones para cada etapa de su crecimiento.
De igual forma, el comportamiento del bebé va dando las pautas y un buen análisis médico terminará por brindar plena seguridad de lo que se debe hacer.