domingo, 18 de septiembre de 2011

Sepa cómo actuar en caso de presentarse una emergencia con sus hijos

Cuando se presente una urgencia pediátrica, no acuda a ungüentos ni a recetas caseras, ni mucho menos se automedique.







Con frecuencia, los accidentes más comunes en los niños se agravan por el desconocimiento de los padres. Es así como llegan a las salas de emergencia heridas con café, sal, cebolla y hasta telarañas. Pregunte y no improvise, pues algunos de estos productos son ideales en la cocina, pero nocivos para tratar afecciones en el organismo.






“La mejor manera de saber cómo actuar ante una emergencia es prevenirla. Por eso, los adultos primero deben saber cuáles son los riesgos más importantes que se presentan en cada etapa”, explica Olga Lucía Baquero Castañeda, médica pediatra y presidenta de la Sociedad Colombiana de Pediatría de la regional Bogotá.





En los menores de cinco años, las caídas de altura son frecuentes porque en esa etapa aprenden a caminar. Para prevenirlas, coloque pisos antideslizantes y cerciórese de que puertas y balcones estén cerrados. Si, a pesar de eso, se presenta un accidente, observe signos de alarma en cada situación y antes de proceder a atenderlo, acuda inmediatamente a urgencias.





“Si después de caerse pierde el conocimiento, tiene alteraciones en sus estados de alerta, es decir, se duerme o se agita; si presenta dolor de cabeza o vomita, definitivamente algo no está bien. No hay que subestimar este tipo de accidentes, pues, incluso, caerse de la cama puede ser grave en los menores de cinco años”, dice Baquero.





Si el menor sufre trauma craneoencefálico, como resultado de haberse caído, no hay que darle alimentos, bebidas ni medicamentos y procure que no se duerma. “No es que el sueño cause un daño neurológico, pero si está dormido es difícil evaluar síntomas, como convulsiones y vómito, para determinar si hubo un daño serio”, afirma Norberto Navarrete, médico especialista en emergencias. Tampoco lo movilice del sitio del accidente a otro, pues esto puede generar lesiones mayores. Por supuesto, es un error mayúsculo colocar sobre la cabeza aceites, café o cremas. Si hay hematomas, no acuda a un pedazo de carne fría o a un paquete de arvejas salido del congelador. Si está sangrando, coloque una gasa sobre la herida haciendo presión.






Para que esta y otras urgencias no lo agarren desprevenido, la Secretaría de Salud de Bogotá, la Cruz Roja y otras entidades ofrecen cursos de primeros auxilios en donde aprenderá cómo hacer una reanimación cardiopulmonar o ejecutar técnicas de desatoramiento.

Mientras se inscribe a alguno de estos cursos, siga las siguientes recomendaciones. Le serán muy útiles para saber qué errores evitar, mientras llega al hospital y su hijo es atendido por especialistas.





Atoramientos, intoxicaciones y ahogamientos

Los niños menores de cinco están en la etapa oral, lo cual significa que todo lo que tengan cerca querrán introducirlo en su boca. Esto aumenta el riesgo de que sufran de atoramiento, la principal causa de mortalidad en el hogar. “Cuando ocurre, se interrumpe la entrada del aire en la vía respiratoria. Por eso, en minutos se puede perder la vida”, explica la doctora Baquero. Para que esto no le pase a usted, no deje que los niños tengan a su alcance objetos pequeños que les quepan en la boca y motívelos a comer despacio. Además, aprenda a realizar correctamente maniobras de desatoramiento para desobstruir el conducto respiratorio, de acuerdo con la edad del menor. “No le dé palmadas en la espalda ni trate de darle alimentos para que el elemento se vaya al fondo. Más bien, haga que tosa. Si está entrenado para desatorarlo, hágalo. De lo contrario, absténgase, pues una compresión abdominal inadecuada se puede asociar a fracturas de huesos”, dice el doctor Navarrete.






Si su hijo ingirió por accidente el medicamento del abuelo o del papá que estaba sobre la mesa y se intoxicó, no induzca al vómito. “Se puede broncoaspirar, es decir, el contenido gástrico puede pasar a los pulmones”, comenta el doctor Navarrete.





Tampoco le de leche ni alimentos para contrarrestar el efecto. Si reconoce la sustancia que entró a su organismo, muéstresela al médico de urgencias. De esta manera, será más fácil determinar qué pudo haberle causado daño y la manera de proceder al respecto.





Otro incidente habitual en los menores de cinco años son los ahogamientos. “La gente cree que los niños solo se ahogan en una piscina, en el río o en el mar. Sin embargo, se pueden ahogar en cinco centímetros de agua en un balde o una tina”, afirma la doctora Baquero.






El error más recurrente frente a este incidente es descuidar al pequeño, creyendo que alejarse por unos segundos para contestar el teléfono no representa ningún peligro. “En ese espacio de tiempo, el niño se resbala, el agua le cubre la cara y le entra a la vía respiratoria. El manejo es la reanimación cardiopulmonar”, añade la experta.



Otras urgencias

•Enfermedades respiratorias: pueden convertirse en una emergencia cuando se presenta una infección bacterial. En ese caso, no dar antigripales, ni jarabes para la tos que imposibiliten la expectoración de las secreciones.

•Quemaduras: aplique agua fría de la llave durante 10 minutos para disipar el calor que se ha acumulado en el tejido. Este puede lesionar la piel hasta por cuatro horas después del accidente. Prohibidos los ungüentos, cremas, aceites y productos comestibles y no le dé alimentos ni le ponga hielo.

•Diarrea: no le dé gaseosas, ni medicamentos para detener las deposiciones diarreicas. Si es un lactante, no le quite la leche. Manténgalos hidratados. Si empieza a vomitar y no tolera la vía oral, llévelo al médico.
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