La lactancia es una gran fuente de alimentación para tu bebé debido a que contiene los nutrientes necesarios que necesita, a la vez que hace de “escudo protector” de las enfermedades durante su infancia debido a los anticuerpos que contiene.
¿Miedo a la lactancia?
Muchas madres primerizas temen amamantar a sus bebés debido a la cantidad de mitos que existen respecto a ello:
¿No habrá leche?: Muchas personas equivocadamente creen y recomiendan que se debe alimentar al bebé con un suplemento adicional al de la leche porque la mamá no produce lo suficiente. La ejercitación al succionar estimulará a los pezones para producir la suficiente cantidad de leche como para satisfacer al bebé.
¿Duele?: El proceso de dar de lactar al bebé no tiene por qué doler, a menos que el bebé esté mal posicionado. Para ello, apenas nazca el pequeño, recurre a tu Doctor para que pueda indicarte la posición correcta para alimentarlo. Muy poca mujeres siente un poco de dolor en los pezones cuando empiezan a amamantar durante los primeros días, hasta que se acostumbran a hacerlo.
¿El bebé necesitará a mamá todo el tiempo?: Es importante considerar que mamá necesita un descanso debido a lo agotador que resulta el bebé durante sus primeras semanas. El dar de lactar supone que la mamá debe estar cerca, pero otras personas pueden ayudar a mamá en el cuidado y aseo del pequeño.
¿Es mejor la leche de fórmula?: Aunque ha mejorado considerablemente, ningún suplemento o fórmula puede sustituir o mejorar la leche materna.
Algunos de estos beneficios para mamá y el bebé son:
Protege de las enfermedades respiratorias, pulmonares e infecciones.
Tienen un mayor logro en su desarrollo global.
Prepara los músculos que intervienen en el habla (más que tomar con biberón).
Puedes disponer de ella todo el tiempo y en cualquier lugar.
Es más ventajoso dar de lactar al bebé durante la noche, que tomarse el trabajo para prepararle el biberón.
Contribuye a la pérdida de peso más rápida.
Reduce el riesgo de enfermedades como el cáncer de mama.
Contribuye a fortalecer el vínculo madre e hijo, debido a que mientras alimentas al bebé tienes una mano libre para acariciarlo y mimarlo