El dibujo es una de las formas de expresión más antiguas de la humanidad. Se utiliza el dibujo como una forma de comunicación desde la prehistoria, cuando los primeros hombres, a través de pequeñas figuras, dibujadas en rocas y en las paredes de las cuevas, manifestaban sus ideas y pensamientos entre sí. Al principio, usaban los dibujos para comunicarse, para expresar opiniones, ya que todo el mundo era prácticamente iletrado. Los dibujos funcionaban como escritura. Con el tiempo, el dibujo fue ganando nuevas formas, nuevos trazos, y se fue perfeccionando hasta la realidad actual. El dibujo es, por lo tanto, una representación gráfica de un objeto real o de una idea abstracta.
El dibujo y las etapas de los niños
El dibujo es, casi siempre, la primera gran obra de los niños. Representa su primer gran tesoro expresivo ya que, a través de los dibujos los niños dicen muchas cosas de sí mismos. Puede ser que esta sea la razón por la cual muchos padres estén cada día más interesados por los dibujos que hacen sus hijos. El dibujo se puede convertir, en algunos casos, en el termómetro del estado de ánimo del niño, ya que traduce lo que el niño siente, piensa, desea, o lo que a él le inquieta, le hace alegre o triste.
Cada niño es un mundo y eso se ve en sus dibujos. Si pides a un grupo de niños que dibuje a una casita en el campo, todos los dibujos saldrán distintos. Pueden parecerse en algo, pero jamás serán iguales. Además de eso, hay que considerar que los dibujos también siguen algunas etapas que podríamos señalar como:
- La etapa del garabato - de los 3 a los 6 años de edad
- La etapa del esquema - de los 6 a los 9 años de edad
- La etapa intermedia - de los 9 a los 12 años de edad
- La etapa de la reproducción fiel - de los 12 a los 14 años de edad
- La etapa de la representación espacial - a partir de los 14 años de edad.
Psicomotricidad
El dibujo es una actividad espontánea y como tal hay que respetarla y considerarla como la gran obra de los niños. Si el niño tiene ganas de dibujar, anímale siempre a que lo haga. Lo ideal es que todos los niños pudiesen tener, desde la más temprana edad, algún contacto con el lápiz y el papel. Empezarán con garabatos, y luego estarán dibujando formas más reconocibles. Cuanto más dibujen los niños, mejor dibujarán, y más beneficios se notará en su desarrollo. El dibujo facilita y hace evolucionar el niño en:
1- Psicomotricidad fina
2- Escritura y la lectura
3- Confianza en sí mismo
4- Expresividad de emociones, sentimientos y sensaciones
5- Comunicación con los demás y consigo mismo
6- Creatividad
7- Formación de su personalidad
8- Madurez psicológica